Héctor Mazzetti, Alejandro Cuesta

Introducción. En las últimas décadas se ha observado un incremento en la indicación de dispositivos electrónicos (marcapasos definitivos, cardiodesfibriladores y terapia de resincronización cardiaca) para el tratamiento de las bradiarritmias, taquiarritmias y en un grupo específicos de pacientes con insuficiencia cardíaca. De la misma forma, surge la necesidad de mayor cantidad de explantes por diversas causas, como la infección de bolsillo, endocarditis bacteriana, disfunción de catéteres o electrodos, recambio o actualización de dispositivos por sistemas más complejos, entre otras.
La extracción de catéteres por vía percutánea se ha convertido en una práctica cada vez más frecuente, y aunque no está exenta de complicaciones, con el advenimiento de nuevas tecnologías y con la mayor experiencia de los grupos quirúrgicos, hace que la practica brinde una seguridad aceptable.
En la actualidad existen catéteres implantados, con una antigüedad mayor a los 20 años, que dada la constitución de los mismos (catéteres más delgados, corradiales, etc.), a veces exigen una mayor experticia para su extracción. Se muestra un caso de extracción endovascular de un catéter unipolar y otro VDD implantados hace 27 y 14 años respectivamente, además de un catéter bipolar mas reciente.

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