Artículo de revisión recomendado por la Comisión Deportes y Arritmias SADEC
Comentario Editorial
Artículo Original: The athlete’s heart is a proarrhythmic heart, and what that means for clinical decision making . Hein Heidbuchel. EP Europace, Volume 20, Issue 9, September 2018, Pages 1401–1411.
El ejercicio físico es recomendable para una vida saludable y tiene múltiples beneficios sobre el organismo y la salud cardiovascular. Es importante determinar que tipo de deporte y en que intensidad se realizara así como evaluar las condiciones cardiovasculares de cada deportista.
En este artículo se expresa la discusión y argumentación sobre el impacto que puede tener el deporte de ultra-endurance o de alto rendimiento sobre el corazón del atleta.
Se analizaron 3 conceptos de dicha relación:
1) El deporte como gatillo de arritmias en un corazón con una patología subyacente
2) El deporte como promotor de sustrato arrítmico
3) El deporte como inductor de sustrato arrítmico.
El corazón del atleta sufre modificaciones para adaptarse y hacer frente a la demanda del ejercicio. Produce múltiples cambios estructurales y funcionales que, por sí mismos, predisponen al desarrollo de arritmias, a nivel auricular, nodal y ventricular.
Entre las modificaciones fisiológicas que sufre el corazón del atleta se evidencia el aumento del tono vagal (con expresión de bradicardia sinusal), hipertrofia ventricular, aumento de las cavidades cardiacas (con dilatación auricular y ventricular), aumento del estrés parietal, aumento de la presión pulmonar, estimulación del tono simpático intra-esfuerzo, cambios iónicos, repolarización precoz y aparición de latidos ectópicos ( auriculares como ventriculares). Todos estos cambios adaptativos favorecen al desarrollo de posibles eventos patológicos como bradicardia extrema con pausas prolongadas y latidos ectópicos que podrían desencadenar arritmia ventricular.
También la aparición de reentradas nodales, debido al aumento del tamaño auricular y estiramiento de la región postero-septal, como así también el desarrollo de fibrilación y aleteo auriculares secundarios al aumento del tamaño de las cavidades auriculares y a la generación de áreas de fibrosis.
Por último se menciona la ocurrencia de arritmia ventricular como expresión de patología cardiaca subyacente (Miocardiopatía Hipertrófica, Displasia Arritmogénica del VD, Sme de QT largo o corto, Cardiopatía isquémica, entre otras), o simplemente arritmias desencadenadas por los cambios producidos por el corazón del atleta, sin cardiopatía previa.
Estas últimas se deben a la dilatación de los ventrículos, aumento del estrés parietal, aumento del tono simpático y del consumo de oxigeno, así como también a la influencia de daño miocárdico secundario a la ultra-endurance con fibrosis miocárdica posterior, la cuál podría ser el sustrato de la generación de arritmia ventricular.
Por todo lo mencionado se sabe que el ejercicio físico de alto rendimiento puede desencadenar arritmias adicionales o puede contribuir a la progresión de anomalías estructurales ya existentes. Las alteraciones cardíacas son particularmente profundas en aquellos atletas que participan en actividades de alta intensidad que son de larga duración y combinan la resistencia con la potencia (por ejemplo, ciclismo, triatlón, remo, entre otros)
En esencia, el corazón del atleta es un corazón proarrítmico. Este concepto nos pone en alerta sobre como evaluar a los deportistas y como sugerir que tipo de deporte podrían o no realizar, así como también poder pesquisar los riesgos de realizarlo y tener que intervenir para su suspensión transitoria y reevaluación o suspensión definitiva del alto rendimiento.
Es importante destacar que la más allá de la decisión médica del cardiólogo a cargo de dicha evaluación, la determinación sobre si continuar o no se debería basar en el consentimiento informado, idealmente como una asociación entre el atleta, su familia, el cuerpo técnico y el médico deportólogo.
Dra. Cillo Maricel, Médica Cardióloga y Deportóloga
Comisión Deporte y Arritmias SADEC